El almendro es un árbol caducifolio de la familia de las rosáceas que puede alcanzar hasta los 10 metros de altura. Su tronco es liso y verdoso en su etapa joven pero pasa a ser agrietado y grisáceo en su etapa adulta. Florece entre los meses de enero a abril y da su fruto entre los meses de agosto a octubre. Las hojas del almendro son alargadas y estrechas y poseen bordes dentados. 

La plantación del almendro en España depende fundamentalmente de los siguientes factores: 

  • Riesgos de heladas, fundamentalmente si son tardías. El almendro florece pronto, en algunas zonas a finales de enero. Toda la zona norte es muy fría y con heladas que pueden llegar al mes de mayo. Eso perjudica gravemente a las flores y como consecuencia al fruto.
  • Temperatura, no se requiere que sea muy elevada. En la zona sur y en la meseta le favorece el riego.
  • Lluvias primaverales, si son muy abundantes perjudican a la polinización y también aumenta la humedad relativa que tampoco le conviene. – Los vientos, si son fuertes, destruyen las flores y por tanto, la cosecha será menor.

El clima que da mejores resultados en el fruto es el mediterráneo, ya que no se producen fuertes y constantes heladas durante la floración (que suelen ser durante los meses de febrero y marzo). Y, además, el calor excesivo tampoco daña el árbol. Lo que más puede afectar al proceso de cultivo de la almendra son las nieblas y las lluvias, por ello se recomienda el clima mediterráneo. 

La época de recolección de este fruto suele ser en la segunda semana de septiembre, donde el futo se encuentra en su estado perfecto. Aunque puede variar ligeramente, en función de las condiciones climatológicas que se hayan dado. 

La forma más común de realizar la recolección de la almendra es el “vareo”, que consiste en usar vibradores que hacen que el fruto caiga al suelo, se juntan todos en el centro de la calle, y posteriormente, son recogidos con una recolectora.